Para llevar a cabo el proceso, contamos con una orientadora que se reunirá con los padres y alumnos/as antes del comienzo de las clases para determinar cuáles son sus necesidades y trabajar con ellos de la forma más acorde a sus necesidades.
Las sesiones son de carácter individual para aprovechar mejor las clases de refuerzo y obtener mejores resultados. La duración estimada es de 45 minutos y se ha establecido así para que el niño mantenga activa su capacidad de concentración, ya que ésta es más limitada y corta que la de un adulto.
Además, contamos con consultas en el ámbito de la psicología de la educación para diagnosticar e intervenir ante necesidades educativas específicas, teniendo en cuenta la importancia de trabajar con las características individuales de cada niño/a y no en la generalización del método educativo que ofrece nuestra sociedad.
Para que conozcan de primera mano cuál es el progreso del alumno/a facilitamos mensualmente un informe en donde le explicamos cómo progresa, cuál es su actitud dentro y fuera de la clase, etc. Además se ofrece la posibilidad de solicitar una reunión con la orientadora para profundizar en ello y realizar las consultas o sugerencias que estimen oportunas.
Todo ello en aras de que el alumno/a consiga las herramientas necesarias para que afronte su etapa educativa de la manera más satisfactoria. No solo nos interesa que aprenda, sino que disfrute haciéndolo.